miércoles, 4 de marzo de 2009

Procesionando de Espaldas

Artículo de Opinión
Ramón Viejo Valverde - Hermano Cofrade del Santo Entierro


Muchas veces la familiaridad con las cosas nos impide apreciar en ellas los pequeños detalles. Es posible que cuando actuamos como turistas seamos mucho más perspicaces que en nuestra vida cotidiana. Pongo un ejemplo: Pocos benaventanos habrán observado que el escudo que hay en la fachada de la Casa de Cultura carece de corona. A mí, sin embrago, se me van los ojos para ese detalle debido a “las historias del abuelo”, el Maestro del Colegio Publico de La Encomienda D. Ramón Viejo. Nuestro paisano Rafael González dedicó a “El Rey Destronado” un artículo en su blog Más Vale Volando que os invito a leer.

Hace unos años, en los días previos a Semana Santa, apareció por la Ermita Javier Carbayo Baz, arquitecto benaventano afincado en Valladolid y nieto de D. Miguel Baz García al que, como consta en el acta de 2-Octubre-1929, la Cofradía del Santo Entierro nombró Socio Honorario por “la actividad y buen deseo del citado joven benaventano, remitiendo en obsequio a esta Cofradía un proyecto de Sepulcro”.
En un momento de su visita, me espetó: “¿Te has dado cuenta que este paso va al revés?”. Estábamos al lado de El Judío del Clavo y yo, no entendiendo lo que me comentaba, le pedí explicaciones, a lo que me argumentó: “No puede ser que un Cristo procesione de espaldas, sería el único en toda la Semana Santa”. Me pilló tan desprevenido que sólo se me ocurrió comentar que con tal motivo nos podíamos hacer famosos y atraer a turistas y curiosos. Fue lo único que me vino a la mente para tapar mi falta de observación y no dar la razón al que es más detallista que tú, sobre todo si se trata de un cuñado.

Su comentario no cayó en saco roto. Al no tener documentación gráfica, y dado que en mis recuerdos de niñez aparecen más los pies de los costaleros que la disposición de las imágenes, me dedique a buscar alguna explicación en los agujeros de anclaje de las imágenes. Cuando éstas se desmontaron para su restauración me sorprendió la gran cantidad de agujeros que tiene la mesa y que supongo son debidos a las distintas distribuciones que le han dado para procesionar en Zamora y Benavente, incluso se me ocurrió que este grupo escultórico pudiera haber tenido otras imágenes.

Y después de tanto “estudio científico”, la única conclusión a la que he llegado, para justificar la situación actual, es el “error humano”. Estoy convencido de que cuando la mesa, que es totalmente simétrica, se coloca sobre las ruedas en las que ahora procesiona, se hizo al revés. Tan sencillo como coherente.

Y así se hizo tradición.

Fotografías gentileza de Venancio Valbuena
http://www.interbenavente.net/

Enlaces:
El Judio del Clavo en la web
El Tercer Sayón

Acta del día 2 de Octubre de 1929

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante artículo.

Me gustan estos artículos en los que se dan a conocer anécdotas que nos sumergen en la trastienda, en la zona entre bastidores de la Semana Santa.

¿A quién no le ha pasado alguna vez que después de montar el paso hay que desmontarlo para darlo la vuelta porque cuando se va a colocar el llamador te das cuenta de que está al reves?.

Gracias a Dios, eso no suele suceder.

Un saludo.