* * * * * * *
"La imagen de San Jerónimo Penitente procede del convento de San Jerónimo. En la actualidad se encuentra en uno de los sepulcros de arcosolio del lado Norte del crucero.
Aparece el santo en genuflexión sobre una roca, con una piedra en la mano derecha con la que se va a golpear el pecho, que ya tiene herido, en tato que el otro brazo se eleva en actitud suplicante. Bajo su lado derecho aparece el león que, según la "Leyenda Dorada", fue curado por él y le acompañó para siempre como si fuera un animal doméstico.
El tema de San Jerónimo Penitente comienza a utilizarse en el Renacimiento, pero es en el Barroco cuando alcanza su apogeo, al permitir presentar un cuerpo semidesnudo, agotado por la penitencia y con una infinita expresión de dolor en el rostro. Prácticamente todos los imagineros españoles lo representan.
El San Jerónimo de Santa María puede situase dentro de la escuela de Gregorio Fernandez. Su cuerpo expresa la tensión física y espiritual del momento a través de un estudio anatómico que presta especial atención a los finos músculos y a las hinchadas venas de los brazos y piernas. En el torso podemos ver cómo la osamenta aparece a través de la piel, debido a las largas penitencias del santo.
La cabeza tiene el dramatismo de la de Laoconte. Ligeramente echada hacia atrás, dirige su mirada hacia arriba y entreabre la boca, en la que podemos ver los dientes y la lengua. Es muy habitual en el Barroco añadir distintos materiales para lograr un mayor efecto de la realidad, como dientes de hueso y ojos de vidrio; en este aspecto, lo conseguido con el San Jerónimo de Santa María es perfecto. Tanto el pelo como la barba, se peinan en rizados mechones.
El santo se cubre parcialmente con un manto rojo de pliegues duros y angulosos, que está decorado con una orla policromada en su anverso y con motivos dorados en su reverso."
Elena Hidalgo Múñoz
La Iglesa de Santa María del Azogue de Benavente
CEB "Ledo del Pozo" - 1995
Reedición de la entrada de 30 de septiembre de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario