Secuencias Nazarenas
de la Procesión del Encuentro
de la Procesión del Encuentro
Gracias a la cámara de Don César Hidalgo Borbujo han llegado hasta nuestros días como instantes congelados en el tiempo estas sugerentes y evocadoras imágenes de la mañana del Viernes Santo del año 1956. Don César, veterinario de profesión, era sin duda un hombre inquieto y curioso culturalmente hablando. Gran experto y aficionado al llamado “séptimo arte” complementaba la predilección por la plástica cinematográfica con este otro su pasatiempo de la cámara fotográfica.
La secuencia fotográfica nos sitúa en la Plaza Mayor de Benavente en una despejada y clareada mañana de la primavera de dicho año, concretamente el día 30 de marzo, Viernes Santo. Una multitud apiñada en los rincones y espacios del ágora observa expectante el discurrir y tránsito del la Procesión del Encuentro, mientras la comitiva procesional discurre abriéndose camino entre la multitud. Su trayecto aparece definido o marcado por los enhiestos caperuces de los cofrades que se dejan ver entre el gentío. La cámara capta en sucesivas instantáneas pequeños fragmentos de la escena con ocasión de las tradicionales reverencias o venias que tienen lugar durante la Procesión del Encuentro en la mañana de Viernes Santo. Están realizados en pequeños intervalos de tiempo y nos ofrecen unas secuencias que, aunque de una forma incompleta, captan básica y reveladoramente toda la esencia y emoción del momento.
La muchedumbre, mayormente femenina, se agolpa al paso de la comitiva procesional por los distintos flancos de la plaza. Un grupo de cofrades nazarenos, algunos cubiertos con caperuz, portan la imagen de la antigua Dolorosa, mientras las hileras de cofrades en representación de las distintas hermandades benaventanas de la Semana Santa contemplan la escena en primera línea. Tras ellos un nutrido grupo de nazarenos aparece por el lado izquierdo del espectador. Al fondo el edificio conocido como “Casa Morán”, del que se distingue parte de los rótulos del Hogar del Auxilio Social (cuya lectura se puede completar en el resto de fotografías que componen la secuencia). Luce en uno de los marcos de las puertas el identificativo símbolo del “yugo y las flechas”, mientras sobre los montantes de los ventanales se puede leer: Comedor Infantil, Hermandad, etc. Una devota espectadora asoma en uno de los balcones del edificio. Todo ello en un momento en el que la luz se abre paso iluminando con un haz matinal a las primeras horas de la mañana parte de la Plaza Mayor. Se alcanza a ver también parte del edificio porticado de la “Casa Lesmes” y su establecimiento de géneros textiles. Ello en un momento en el que la antigua Dolorosa, de porte envarado y rostro acongojado, parece alzarse sobre una sobria mesa procesional, sin adorno floral alguno, recortada su silueta por los haces de luz que iluminan parte de la plaza.
En otra de las secuencias la imagen de Jesús Nazareno, de la que a penas se vislumbra parte de su silueta, aparece en el lateral del fotograma, bajo una de las antiguas farolas de la Plaza Mayor. Se asoma con su pequeña cruz a cuestas, como en actitud de caminar, mientras la multitud de rostros expectantes contempla la escena. Al fondo hileras de cofrades en formación se dejan ver con sus erguidos caperuces asomando entre una multitud apiñada, marcando y definiendo con su presencia el trayecto de la comitiva procesional. La sucesión de las secuencias a modo de pequeños fotogramas nos permite observar otros ángulos de escena. Así en uno de ellos apreciamos el lateral sur de la plaza y como fondo el ángulo donde se abren y prolongan el Pasaje de las Guindas y la Calle Cortes Leonesas. Se aprecian en la imagen algunos establecimientos y edificios con solera, como los comercios ya desaparecidos como Calzados Muñoz y Droguería Zamora, entre otros.
La última de las escenas captada por la cámara corresponde al momento en que el Nazareno ejecuta una de sus reverencias a la Madre. La silueta del Nazareno se recorta en la mañana mientras sus porteadores, unos descubiertos y otros con verduguillo, realizan la leve genuflexión que según la tradición, usos y costumbres de esta cofradía nazarena, son algo preceptivo en la Procesión del Encuentro. Doblan los cofrades porteadores de los banzos delanteros una de sus rodillas, mientras los cargadores de atrás permanecen estantes, como levemente apoyados en sus horquillas de apeo.
Corresponden estas fotografías que componen la secuencia a unos momentos vividos y sentidos intensamente, previos al Sermón del Encuentro, que por aquella época aún tenía como marco nuestra Plaza Mayor. Cuando la devoción y afluencia suscitaba gran participación, quizá debido en parte al fenómeno del llamado “nacional-catolicismo” pero también a la gran devoción que siempre han suscitado entre los benaventanos las imágenes de Jesús Nazareno y la Dolorosa. Son, sin duda, las instantáneas que componen esta secuencia fotográfica tres bellas estampas de la religiosidad popular.
Juan Carlos de la Mata Guerra
Hermano Cofrade de Jesús Nazareno
Fotografías gentileza de Emiliano Pérez Mencía
Archivo Familiar de D. César Hidalgo Borbujo
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