Comentario sobre las andas de Nuestra Señora de los Dolores
Las andas de Nuestra Señora de los Dolores (dolorosa de Bobillo) fueron presentadas a la Cofradía de Jesús Nazareno en la los días precedentes a la Semana Santa 2007. Las mismas han venido a enriquecer el patrimonio de la misma y fueron realizadas por el maestro ebanista benaventano José Enrique Martínez Bécares. Fueron muchos meses de trabajo en el taller, e incluso de horas robadas al tiempo de ocio después cada jornada, las que su autor empleó en su obra. Para la ejecución de la mesa y su talla su creador hubo de planificar la fase de carpintería para un mejor soporte de los banzos de carga y una sólida construcción de la armadura. El material empleado es madera de cedro, el cual se caracteriza por su relativa ligereza y color rojizo claro. Las andas fueron construidas para ser porteadas por doce hermanos cofrades dispuestos en tres banzos y las medidas de la mesa son 2,60 m. en los laterales por 1,63 en los frentes. En el centro de la misma se alza una plataforma o trono para situar la imagen de la Dolorosa con mayor realce.
La Dolorosa porteada por los hermanos de Jesús en la mañana de
Viernes Santo
Viernes Santo
En cuanto al diseño y los motivos decorativos hemos de decir que son creación propia del artista. Así para los adornos de una las cartelas del frente de la mesa el autor se ha inspirado en los instrumentos de la Pasión (tenazas, martillo, barrena, junto a los dados con los que según la tradición la soldadesca romana se jugó el manto de Cristo), mientras que en otro de los “adrales” del frente se reproduce el rostro de una Virgen Dolorosa. En los laterales en cambio se representa el corazón atravesado por un puñal (motivo éste alusivo a los dolores de María y semejante al de plata que luce la imagen). Destaca especialmente entre los relieves que se han tallado en esta zona la composición que combina la corona de espinas y los clavos de la Pasión.
Detalle mesa procesional de Nuestra Señora de los Dolores
Las cantoneras de los tableros laterales están decoradas a base de fajeados con motivos de inspiración propia rematados en volutas, mientras que las esquineras y soportes de la mesa están elegantemente conseguidos. Igualmente para los moldurones y faldones de la mesa se ha recurrido a algunos de los símbolos, que aparecen bordados en el manto de la Dolorosa (como es la reproducción de la flor de roble de su manto). Como curiosidad es de señalar, que en sus obras y a modo de pequeño capricho o licencia, Enrique suele incluir la diminuta talla de algún insecto que reproduce con bastante realismo. En esta ocasión y en estas andas fue incluido a modo de seña o impronta personal: una pequeña mosca pegada a uno de los entrepaños.
Podría decirse en definitiva que más que un encargo de taller el resultado es una obra en la que Enrique (Quique) ha dejado su impronta artística y “buen hacer” artesano. Un gran trabajo de calidad en la mesa que enmarca y realza a una de las imágenes más señeras de nuestra Semana Santa benaventana.
Comentario: Juan Carlos de la Mata Guerra
Fotografías: Francisco Rebordinos Hernando
Hermanos Cofrades de Jesús Nazareno
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