miércoles, 3 de diciembre de 2008

El Descendimiento de la Cruz

Artículo de Opinión
Alberto García Soto (Conchero) - Blog: La Luz del Farol

En el foro Valladolidcofrade colgaban esta mañana esta curiosa viñeta refiriéndose a la retirada de la Cruz en los colegios públicos, utilizando la imagen del paso del Descendimiento de Gregorio Fernández. La viñeta pertenece al Diario de Valladolid - El Mundo. Todo lo referente a esta cuestión no deja de ser una muestra de la complicada relación que la sociedad de hoy tiene con la religión, y en muchos casos, con el estereotipo que cree la mayoría de la gente que es la religión. Muchas veces se oye eso que la fe es privada, lo cual no deja de ser una verdadera contradicción, porque cualquiera que conozca mínimamente los fundamentos de cualquier experiencia religiosa, por muy simple que sea, afecta a la integridad de la persona y a la esfera pública principalmente (¿nos suena eso de la fe y las obras, o del "id y anunciad por el mundo"). Estos días se ha podido leer de todo: desde que la culpa es de unos obispos educados en el franquismo hasta que es una maniobra más de este gobierno laicista (que no laico). Sea como sea, la verdadera noticia radica en que un juez considera que la presencia de la Cruz o del Crucificado vulnera derechos fundamentales. Eso sí es peligroso y eso sí afecta a las hermandades. Porque si el Crucificado vulnera derechos en una escuela, también vulnera derechos en la calle, y más cuando las hermandades toman durante una semana la esfera pública y común a todos. Eso sí, no hay que alarmarse. La Semana Santa atrae turismo, es decir, dinero. Ni el partido más radical metería mano a la Semana Santa o a nuestras romerías más importantes. Y algo hay que reconocer: en nuestras ciudades un partido como el PSOE ha beneficiado a las hermandades tanto como el PP. Y las causas que hay detrás son idénticas. La pena es precisamente esa: cuando nuestras hermandades no atraigan turismo, serán un estorbo, y entonces sí, el Crucificado en la calle molestará tanto como en la escuela. Entonces, las expresiones de fe, las tradiciones, el derecho a manifestarse no tendrán mucho valor, y sí, los cortes de tráficos, el ruido, las concentraciones de gente... Aún así creo que de todo ésto deberíamos sacar una conclusión positiva: debemos amar más al Crucificado, a la Cruz, y lo debemos hacer nosotros, los que nos consideramos católicos. Si por lo menos hemos conseguido eso, ya es mucho.

El Descendimiento - Valladolid
Gregorio Fernández, 1623
Propiedad de la Cofradía de la Santa Vera Cruz
La Virgen es una obra de taller de 1757

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5-Diciembre-2008

El amigo Benaventano nos ha dejado un comentario sobre la imagen de la Virgen que originalmente tenía este grupo escultorico. Hemos "picoteado" por la red y adjuntamos una foto de esta preciosa imagen obtenida de la web valladolid-web.iespana.es

Nuestra Señora de la Vera Cruz
Gregorio Fernández, hacia 1623
En su origen, formó parte del paso del "Descendimiento".
Fue retirada el año 1757 para recibir culto propio. Es una hermosa escultura. La Virgen aparece sentada con los brazos abiertos esperando recibir el cuerpo de su Hijo muerto. Ojos de cristal. Viste toca blanca, túnica roja y manto azul.
Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No es la primera vez en la historia que el poder intenta por todos los medios menoscabar la presencia en la sociedad de las creencias religiosas, algunos sectores sociales y políticos no solo “pasan” de mantener un mínimo respeto por lo que las cofradías han supuesto y suponen en la historia, sino inversamente, haciendo gala justo de todo lo contrario al respeto por las opiniones de cada cual que dicen defender y que reclaman en otras ocasiones para sí mismos, en un alarde de “talante unidireccional” que les caracteriza, que les ha caracterizado históricamente, y que les califica humanamente, descalifican, se mofan y hostigan a la Iglesia Católica en general y cuando tienen ocasión a las cofradías en particular, en un intento por recluirnos dentro de las iglesias, cuando no directamente por hacernos desaparecer.
Asistimos a una campaña feroz impulsada por algunos sectores políticos y por algunos grupos de presión que, tomando como instrumentos de propaganda los medios de comunicación, tratan de desterrar de las conciencias ciudadanas cualquier atisbo de convicción moral sustituyéndola por el fomento del individualismo para de esta forma convertirnos en una masa impersonal más fácilmente manipulable.

Las cofradías, como no podía ser de otra manera, se ven envueltas en este clima antirreligioso que vivimos y sufren las consecuencias.

Ante esta situación, a las cofradías sólo nos queda la recuperación de nuestros orígenes, de nuestras señas de identidad, tenemos que volver a ser parte activa de la sociedad, y cuando digo parte activa de la sociedad me refiero a estar presentes en ella durante todo el año, no sólo la semana de Semana Santa.

La organización de procesiones, la presencia pública en la calle está muy bien, cuantas más demostraciones públicas de fe se hagan mejor, máxime en tiempos difíciles como estos, pero todo ello carecerá de sentido y quedará convertido en un simple teatro de calle si se pierde el carácter litúrgico que le debe ser propio así como si no viene acompañado de otros aspectos tan o más importantes.
Los cofrades estamos moralmente obligados a recuperar el carácter asistencial de las cofradías, debemos reactivar nuestra parte social, debemos llevar a cabo tareas encaminadas a procurar una sociedad más justa, más equilibrada, ayudar a los más necesitados o, al menos, colaborar con aquellas asociaciones que tengan los medios para hacerlo.
La sociedad tiene que ser consciente de que las cofradías somos algo más que un grupo de gente que se viste de forma peculiar al término de la Cuaresma para representar por la calle la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, debe saber que puede y debe contar con nosotros, que como en nuestros orígenes podemos y debemos ser parte activa e importante de la misma.

Anónimo dijo...

Por cierto, ya puestos, un comentario sobre el paso del Descendimiento.

Como bien se apunta en el blog, la imagen de la Vírgen es una obra de taller del año 1757. Esta imagen se hizo porque la Vírgen que iba montada originariamente en ese paso (obra de Gregorio Fernández) llegó a tener tanta devoción por parte del pueblo fiel que fue sacada del mismo para presidir la iglesia propiedad de la cofradía y ser procesionada en solitario bajo el nombre de Ntra. Sra. de la Vera-Cruz.

Hasta tal punto ha cobrado importancia la Vírgen que mucha gente cree que se trata de la principal devoción de la cofradía, aunque en realidad el culto principal de la hermandad esté dedicado a una reliquia del Lignum Crucis que, entre otros cultos, es procesionado el 3 de Mayo.

Anónimo dijo...

Aunque en el asunto de la sentencia sobre la retirada del crucifijo del Colegio Macias Picavea tengo una opinión concreta que dista de los postulados que aquí se plantean, a renglón seguido he de significar que el comentario del amigo Benaventano me ha emocionado por cuanto -creas en lo que creas- en esta vida lo importante, como él plantea, es ser un auténtico militante de tus creencias.
Efectivamente un cofrade no debe de ser, si realmente es consecuente, alguien que se viste en Semana Santa y punto, sino que ha de estar activo todo el año. ¿Como?, el amigo Benaventano lo describe muy bien.
Esto no debe de ser, en puridad, como acudir a Misa el domingo y después...a Dios rogando y con el mazo dando.
Hay que ser consecuentes y coherentes, como plantea Benaventano, y eso es lo que yo aplaudo y apoyo, independientemente de mi opinión sobre la sentencia del citado Tribunal.
Ojalá haya mucha gente, vinculada a las cofradías, tan comprometida, consecuente y coherente con sus creencias como el amigo Benaventano.
Un cordial saludo