miércoles, 30 de agosto de 2017

Retablo del siglo XVII

Noticia y Fotos en interbenavente.es

La parroquia del Carmen recupera un retablo renacentista del siglo XVII para su altar
El que fuera retablo del altar mayor de la desaparecida iglesia de Santa María de Renueva, después de 50 años ha dejado la penumbra, almacenado en un salón parroquial y ha visto la luz brillando en el prestiberio de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen 

Julio de Vega y Tomás Calero ante el nuevo retablo 

martes, 29 de agosto de 2017

... y vio la luz

Blog Ferial 49

... Y VIO LA LUZ

El que fuera retablo del altar mayor de la desaparecida iglesia de Santa María de Renueva, después de cerca de 50 años arrinconado y hecho piezas en la penumbra de un salón parroquial, ha visto la luz y sus dorados brillan en el presbiterio de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen para uso y disfrute de fieles y público en general.

Vista del retablo en el presbiterio de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen

Varias han sido las posibilidades barajadas ante la situación en la que se encontraba: ignorarlo y dejarlo a su suerte, que saliera de Benavente y pasar a engrosar la larga lista del patrimonio local que se ha perdido, o aprovechando que algunas partes ya habían pasado por las manos de los técnicos, en un último esfuerzo y esperando la colaboración que como hasta ahora han hecho numerosas personas con sus aportaciones, actuar sobre la carpintería y policromía; esta última opción ha sido, a buen criterio de D. Tomas Calero, actual cura párroco, la tomada, para recuperar y poner en valor una pieza del legado histórico-artístico de la ciudad.

El mal estado de conservación, almacenaje y el paso del tiempo han hecho huella en sus maderas (grietas, deformaciones, desajustes) lo que ha hecho complejo y laborioso el trabajo del equipo de restauradores, formado por: Ana Prieto Martin, Carmen García Villarejo, licenciadas en bellas artes y Raimundas Chomicius, carpintero restaurador de origen lituano, afincado en Valladolid. Con precisión y habilidad han manejado estos profesionales las herramientas, desde una sencilla brocha a un bisturí, para devolver a esta obra su aspecto original.

El retablo, que fue concebido para estar montado en un plano recto, se le ha dado una pequeña angulación para adaptarlo a las características arquitectónicas del presbiterio de la iglesia donde se encuentra ahora montado.

Por los libros de fábrica de la Parroquia de Renueva sabemos que esta obra de estilo renacentista fue hecha por Fernando Robles en el segundo cuarto del s, XVII (1642) y dorada ese mismo año por los maestros doradores Pedro y Lucas de Ávila.

Se trata de un conjunto dedicado a La Natividad, realizado en madera de nogal tallada y policromada con pan de oro, con unas dimensiones de 711 cm. de ancho por 715 cm. de alto; formado por ático, un cuerpo de tres calles y base.

El ático, rematado por un frontón, tiene en su parte central una hornacina con columnas estriadas y fondo policromado donde se encuentra el grupo escultórico de La Trinidad; a los lados dos tablas policromadas de 70x125 cm. que representan a los apóstoles San Pablo (derecha) y San Pedro (izquierda).

Las tres calles del cuerpo están separadas por cuatro columnas de capiteles corintios sobre las que descansa un friso con cornisa. El arco de medio punto de la calle central cobija La Virgen de la O, advocación Mariana a la que estaba dedicada la iglesia de Renueva y que en sus primeros años le daba nombre -iglesia de Santa María de la O-. A los pies de la Virgen se encuentra el valioso Sagrario de grandes dimensiones, dorado por dentro y por fuera. En las calles laterales se localizan dos grandes lienzos de 160x203 cm que representan La Natividad de la Virgen (Izquierda) y La Visión de La Anunciación según San Bernardo (derecha); este cuadro posiblemente debido a la vecindad del Monasterio Cisterciense del Salvador (monjas de San Bernardo).

En la base, pintadas sobre la madera, cuatro pequeñas pinturas que representan a los Padres de la Iglesia: San Gregorio, San Ambrosio, San Agustín y San Jerónimo. Dos pinturas a largadas (174x44 cm.) que representan dos de las cuatro virtudes: La Justicia y La Templanza.

Una vez montado se ha observado que en los extremos del friso hay huecos que servirían de anclaje a dos piezas desaparecidas, puede, que semejantes a las que tiene el frontón.

Según la disponibilidad de fechas del equipo restaurador, en estos días realizaran una presentación pública, acompañada de medios audiovisuales, sobre el trabajo realizado las técnicas empleadas.